Descripción técnica Vaso de molécula de serotonina
Sin una cantidad increíble de neurotransmisores y otros procesos químicos, algo tan complicado como el cuerpo humano no podría funcionar. Es fascinante tanto para los profanos como para los científicos cómo dosis mínimas de una sustancia pueden afectar el comportamiento de una persona. Tomemos como ejemplo la serotonina. Este neurotransmisor juega, entre otras cosas, un papel importante en la regulación de la presión arterial y popularmente se le considera una hormona de la felicidad (aunque no es una hormona). ¡Un estudio científico incluso sugiere que las langostas inyectadas con serotonina exhiben un comportamiento dominante de alfa en respuesta!
Como no podemos asumir la responsabilidad si te conviertes en un crustáceo dominante (así es como funciona la ciencia, ¿verdad?), tendrás que llenar el vaso de molécula de serotonina tú mismo con serotonina. O con agua. O con café. Pero eso ya lo decides tú, nosotros como crustáceos gigantes tenemos cosas mejores que hacer. Un momento, hace un rato éramos humanos... Oh no, ¿acaso el becario volvió a esparcir serotonina en lugar de stevia en el café?
